El nuevo lenguaje del cannabis
- Bianca Masuero
- 9 may
- 2 Min. de lectura
En una industria que todavía navega entre regulaciones, prejuicios y desconocimiento, el branding tiene la oportunidad de construir confianza, transmitir propósito y abrir nuevas discusiones. Analizamos algunos casos que lo demuestran.

Por un lado, la marca Pacífico, es el primer delivery de cannabis regulado de Argentina y nace con el desafío de instalar una marca en un terreno nuevo. Done! es el equipo detrás de su identidad y entendió que, antes de diseñar, había que investigar y explorar el contexto, detectar los espacios en blanco y definir a su usuario ideal para entender sus expectativas.
Una marca que se posiciona desde el bienestar, la regulación y la calidad. El nombre evoca calma y responsabilidad; el sistema visual es fresco como las plantas, con una identidad flexible, colores que equilibran energía y tranquilidad. Una marca que no solo busca ser reconocida, sino también entendida.




En un registro más sensorial, Selva Farm, de la mano de Pupila apuesta por elevar el cannabis desde un lugar totalmente distinto: mezcla de culturas, paisajes y sensibilidades. Se dedica a la producción de productos derivados del cannabis, como extractos, concentrados y aceites desde Los Ángeles, en California. La marca fusiona lo mejor de dos mundos: la escena urbana californiana y el estilo de vida pura vida de Costa Rica.
En este caso la marca habla desde una identidad visual más abstracta y apalancada en la tipografía, incluye un buen catálogo de ilustraciones con tonos de verdes más sobrios y oscuros. Con aplicaciones cuidadas y una serie de elementos de merchandising completan la propuesta de marca.




Por último, más desde el plano de la gestión de marcas que desde la identidad, la ONG Weplant dedicada a proporcionar acceso seguro y legal al cannabis medicinal en la Argentina, organiza las WeSesh, una serie de sesiones musicales de distintos artistas grabadas en vivo en las salas de cultivo, donde transmiten la atmósfera y el entorno de las plantaciones.
Aunque sus estrategias fueron diferentes, estas marcas tienen algo en común: eligen la marca como una herramienta estratégica. Saben que el cannabis, para crecer como industria, necesita dejar atrás estereotipos y tabúes y construir relatos propios, claros y sostenibles, siempre desde el respeto y la responsabilidad.


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